viernes, 13 de febrero de 2009

En tiempo de crisis… ¡perro guardián!

Articulo traducido de Lladruc En temps de crisi… gos guardià!

Esta semana he recibido tres llamadas para pedir información sobre el adiestramiento de un perro guardián. Nunca, desde que empezamos, había recibido ninguna. No sé si soy demasiado atrevida pero lo atribuyo a una necesidad de seguridad y protección debido al aumento de delitos que producirá la crisis. La gente, temerosa, necesita que su casa, su sancta santorum sea invulnerable y cree conseguirlo con un perro de ataque y defensa.
Un perro guardián va totalmente en contra de nuestros principios. Para nosotros y nuestros clientes un perro es infinitamente más valioso que cualquier electrodoméstico, joya o vehículo. Nuestros perros son lo más importante y, por eso mismo, somos nosotros los que les hemos de cuidar y proteger. Normalmente la ente que pide un perro guardián lo ve como una “herramienta”, no como una “entidad” por si misma y este argumento no le convence. Entonces les hago la pregunta: ¿Cuál se supone que es su función? Avisar de la presencia de un ladrón y, en caso que este entre al territorio, morderlo hasta dejarlo abatido.
Primer problema: ¿cómo podrá reconocer un perro quien es un ladrón y quien es un vecino despistado, un niño que va a recoger una pelota que ha caído al jardín o la nueva señora de la limpieza? Tradicionalmente, sobre todo con los métodos autodidactas del amo, se ha optado porque un perro guardián ataque a todo el mundo. No hace falta decir los incontables accidentes, en muchos casos fatales que eso ha comportado.
Segundo problema: ¿creéis que un ladrón se dejará intimidar por un perro? Si dentro de la casa está todo aquello que espera encontrar, un ser de cuatro patas no lo tirará para atrás. Se le puede adiestrar para que no coma de ningún desconocido (rechazo de alimentos) pero es francamente difícil que pueda resistir un tiro, un bastón eléctrico o un espray paralizante.
Tercer problema: un perro de ataque y defensa necesita un adiestramiento muy preciso, riguroso y específico y, por eso, legalmente solo puede ser propiedad de las fuerzas y cuerpos policiales del estado y empresas de seguridad reconocidas institucionalmente.
Conclusión: no adiestramos ni recomendamos a nadie la tenencia de este tipo de perros. Si alguien se quiere sentir protegido que compre una alarma conectada con la policía, haga construir muros de 3 metros de hormigón armado, coloque un circuito cerrado de cámaras y ponga rejas en todas las ventanas. Puede que entonces necesitará un perro… para disfrutar de su compañía.

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